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Qué partes del pollo pueden comer los perros

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Qué partes del pollo pueden comer los perros: Detalles y recomendaciones

Comprender qué partes del pollo pueden alimentar de manera segura y saludable a nuestros perros es crucial para su bienestar. Este artículo tiene como objetivo orientar a los dueños de perros sobre qué partes del pollo son más recomendables para el consumo de sus mascotas y cuáles debemos evitar.

La carne del pollo

La carne de pollo es generalmente segura y nutritiva para tu perro. Hay dos particularidades a considerar; la pechuga y el contra muslo.

La pechuga es una excelente fuente de proteínas, sin embargo, carece un poco en contenido de hierro y vitamina B12 en comparación con otras partes del pollo. Por otro lado, el contra muslo es más rico en grasas y tiene una mayor concentración de ácidos grasos. Este también contiene más hierro y vitamina B12, lo cual puede ser beneficioso para perros con deficiencias nutricionales.

La piel del pollo

Es importante tener precaución cuando se trata de la piel del pollo. Este es el lugar donde el organismo del pollo acumula toxinas. Además de esto, la piel del pollo tiene un alto contenido graso, que puede causar pancreatitis en perros si se suministra en exceso.

Los huesos del pollo

La alimentación con huesos de pollo puede ser un tema delicado. Los huesos pequeños o frágiles pueden causar serios problemas de salud para los perros. Por regla general, los huesos son más seguros para perros de tamaño medio o grande. Los mejores huesos para dar a nuestros perros son la carcasa y el cuello, siempre y cuando se proporcionen crudos.

Los huesos que deben evitarse son el fémur y los huesos centrales del ala, ya que cuando se rompen producen puntas afiladas que pueden provocar daños internos.

Los órganos internos del pollo

Los órganos internos del pollo también pueden ser beneficiosos para la alimentación de nuestros perros. El corazón y la molleja son excelentes complementos en la dieta de nuestros perros, tanto si se dan crudos como cocidos.

El hígado es otro órgano muy nutritivo pero hay que tener cuidado con su consumo. El hígado es muy alto en vitaminas, y si se suministra en exceso, el perro puede desarrollar una enfermedad conocida como hipervitaminosis.

Consejo final

Es aconsejable siempre consultar con un veterinario antes de introducir cambios significativos en la dieta de nuestros perros, y recordar la regla de oro: moderación. Muchos alimentos son seguros y saludables para los perros en cantidades apropiadas, pero pueden causar problemas cuando se suministran en exceso.