Comprender el infarto en perros
¿Qué es un infarto en perros?
Un infarto se produce cuando el suministro de sangre a un órgano específico se detiene. Esto puede ser al cerebro, al corazón o a cualquier otro órgano y, dependiendo del órgano afectado, se denomina infarto cerebral, infarto de miocardio, etc. Hay también infartos hepáticos, infartos renales, pero estos no suelen ser tan mortíferos como los infartos cerebrales o de miocardio. En su origen, los infartos suelen ser provocados por una condición denominada ictus, que es una falta de aporte de sangre. Un ictus puede ser hemorrágico, cuando un vaso sanguíneo se rompe, o isquémico, cuando un trombo u obstáculo bloquea el flujo de sangre.
Principales causas de infarto en perros
Determinar la causa de un infarto en perros es esencial para la prevención y el tratamiento. Una de las causas más comunes es la enfermedad infecciosa, ya que hay bacterias que solo afectan a las válvulas cardíacas, lo que puede modificar el volumen de salida de sangre del corazón y provocar un infarto cerebral. Otro riesgo es el desprendimiento de un tumor, que puede bloquear un vaso sanguíneo, causando así un infarto. Un factor de riesgo que es raro en humanos pero común en perros es la presencia de parásitos, especialmente el gusano del corazón. Las enfermedades sistémicas y metabólicas, como la insuficiencia renal y la diabetes, también pueden provocar infartos en los perros.
Síntomas y detección de un infarto en perros
Si sospecha que su perro puede estar sufriendo un infarto, hay varios síntomas a los que debe estar atento. Estos pueden incluir convulsiones, incoordinación de movimientos, apoyar la cabeza sobre algo (conocido como head pressing), cojera de una pata trasera y posturas raras. Otros signos pueden ser que el perro empiece a andar en círculos o, si lo mira a los ojos, notará que sus ojos se mueven muy rápido de un lado a otro, lo cual se conoce como nistagmus. Siempre que exista la posibilidad de que un perro esté sufriendo un infarto, es esencial llevarlo al veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Tratamiento y consejo final
Si se sospecha de un infarto en un perro, lo primero y más efectivo que se debe hacer es mantener al perro tranquilo y evitar su movimiento. Trasladarlo a una clínica veterinaria debe ser el siguiente paso. Allí, se realizarán una serie de procedimientos para tratar los síntomas del perro y, por supuesto, el infarto mismo.
Si el infarto ha causado la muerte, la única forma segura de determinar la causa de la muerte es a través de una necropsia, que es una forma de hacer un análisis post-mortem para buscar las causas que pudieron haber provocado el infarto.